Iceberg


Frederic Edwin Church, The Iceberg, 1891

Todo un jugo concentrado de poder: por un lado la enormidad de la montaña y por otro el poder inestable del mar.
Como cosas curiosas dentro de la experiencia estética cabría destacar que a primera vista lo que nos parece inmenso es el propio iceberg, la montaña que todo lo llena y que parece poco menos que un titán arcano, y apenas nos percatamos de que lo que es verdaderamente 'infinito' es el soporte del mar. Además, a pesar de que parece que F. E. Church sí viajó al Ártico para conocer los icebergs, uno no puede evitar pensar por momentos que lo que está pintando es en realidad una montaña de roca blanca más que de hielo.
Lo cual es aún mejor.

No hay comentarios: